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domingo, 29 de septiembre de 2013

Ukuli bula, el salto de la vaca de los hamer de Etiopìa

 Presenciar una ceremonia hamer de ukuli bula provoca en el espectador ajeno a estas culturas, ya sea de otros continentes o africanos con otras raíces culturales, sensaciones contradictorias pero muy intensas. Me acerque al ukuli bula dispuesta a intentar controlar los prejuicios, sin voluntad de crítica y por supuesto sin comparar esta ceremonia hamer con las referencias morales y sociales de mi cultura europea del siglo XXI. El resultado, una experiencia única que me permitió conocer “un poquito” más sobre los pueblos del Bajo Omo. 
Quedé impresionada por la intensidad emocional de esta ceremonia.

"Ukuli" durante el salto de las vacas

                                    (Pincha para escuchar Sowa de Fatoumata Diawara)

 Los hamer (o hamar) son un grupo étnico de pastores seminómadas, agricultores, apicultores  que habitan en el Sur de la región Omo, cerca del río del mismo nombre al norte del Lago Turkana, cerca de las fronteras de Etiopía con Kenia, Uganda y Sudán.


mapa de localización de las etnias del Bajo Omo


las mujeres visten faldas de piel de cabra
adornadas con perlas de colores


 Étnias vecinas de los hamer son los dassanech, los banna-bashada, los arbore, los nyangaton y los karo. Mantienen una relación estrecha con los banna-bashada con los que comparten su lengua afro-asiática, el hamer - banna, llamado también hamar-koke, hammercoche, amarcoche, cocche, beshada, hamar, amar, bana o kara kerre. Esta lengua constituye el grupo más numeroso de lenguas omóticas del Bajo Omo (aproximadamente 15.000 individuos hablan hamar-banna).


 Las prácticas religiosas de los hamer están relacionadas con sus creencias en la relación con los espíritus de los antepasados, y aunque algunos hamer se han convertido al Islam siguen practicando los rituales tradicionales.

  El origen de los hamer no está claro, según su propia mitología surgen a partir de la unión de poblaciones de diferentes etnias procedentes del norte, este y oeste de su actual territorio. A mediados del siglo XIX ya ocupaban los montes del Lago Turkana y ya en aquella época vivían de la agricultura (sorgo, alubias, calabazas y verduras), de la ganadería (vacas y algunas ovejas y cabras), de la apicultura, la caza y la recolección de frutos.

  Fue el explorador italiano Vittorio Bottego quien en 1896 recorrió las tierras del Valle del Bajo Omo y confirmó que las aguas del río Omo desembocaban en el Lago Turkana. A finales del siglo XIX la región del Omo fue conquistada por el emperador de Abisinia, Menelik II pero el Valle del Bajo Omo continuó aislado, alejado de la evolución del Imperio y del posterior surgimiento de la actual Etiopía. En la actualidad sigue siendo una de las regiones más aisladas de África aunque desde hace ya algunos años ha comenzado a recibir turismo étnico o antropológico.

Los hombres hamer se peinan con trenzas y algunos
se ponen una pasta de arcilla que les pega literalmente 
el pelo a la cabeza donde colocan una pluma de 
avestruz, que simboliza que han realizado
algún acto valeroso


 Los pueblos omóticos entre los que se encuentran los hamer, se organizan en sistemas de edad desde el primer milenio a. C. o incluso puede que desde épocas anteriores.  Los sistemas de edad son exclusivos de los hombres que desde el nacimiento van atravesando etapas marcadas por ceremonias que determinan su avance social dentro de la comunidad.  Los grupos de edad van paralelos a los generacionales pero no tienen por qué coincidir, individuos de una misma edad no avanzan a la vez al grado social superior. En la cúspide política de los hamer está el grupo generacional con máxima responsabilidad los "donza" (hombres casados) que actúan de forma colectiva a la hora de tomar decisiones que afectan a toda la comunidad. Dentro de los "donza" la mayor autoridad viene de nuevo determinada por la edad.  En otro tiempo parece que los "bitta" o autoridades
 religiosas contaban con mayor poder político que en la actualidad.

 Entre los hamer la ceremonia de la circuncisión señala el paso de la niñez a la juventud y se celebra cuando el niño hamer cambia los dientes de leche por los definitivos (hacia los 12 años). El "Ukuli Bula" da paso al adolescente hamer a la edad adulta.

El Ukuli Bula o Uculi Pula (salto de ganado o salto de la vaca)

 En una zona despejada de vegetación, en pleno campo se celebra el ukuli bula o salto de ganado que permite al joven hamer ascender en la escala social a la categoría de adulto lo que le permitirá contraer matrimonio (en general están pactados por las familias).

"maz" dando latigazos a las mujeres

  La ceremonia consta de varias fases en las que participan, en mayor o menor medida, toda la comunidad del aspirante “ukuli”. En un número variable acuden los “maz” del poblado (“maz” es el adulto que ya ha superado el “ukuli bula” pero que aún no se ha casado)y lo hacen llevando largas y flexibles varas que utilizan como látigos. 
Las mujeres de la familia del “ukuli” generalmente jóvenes con sus adornos, sus peinados y el cuerpo totalmente cubierto de grasa- mantequilla – danzan y cantan en círculo alabando al “ukuli” y haciendo sonar pitos y pequeñas trompetas o cornetas tradicionales africanas.                                                  
adolescente hamer comprobando sus
"primeras marcas"
La segunda fase de la ceremonia comienza cuando una de las muchachas del coro se coloca frente a un “maz” y cantando le pide que para demostrar el gran cariño que profesa al “ukuli”, le marque con su látigo (el “maz” comprueba que la vara que utiliza como látigo no tenga rugosidades que puedan herir más de lo establecido a la joven), con destreza el “maz” golpea con el látigo la espalda cubierta de grasa de la chica, grasa que hace que el látigo resbale y atenúe el dolor. A nuestros ojos resulta sorprendente la insistencia con la que las mujeres hamer solicitan a los “maz” que las golpeen y la reticencia de estos a complacerlas. Yo presencié como una joven que ya había recibido numerosos latigazos se desesperaba ante la negativa de los “maz” a continuar con los golpes de vara, al parecer era la futura esposa del “ukuli” y quería de esta forma demostrar su amor por él (las mujeres hamer lucen sus cicatrices como prueba de su valor y para obtener el respeto y el amor del joven aspirante).

marcas de latigazos en una hamer 
 Finalizada esta primera e impresionante fase de la ceremonia, los “maz” participan del ritual de pintar sus rostros y tomar café en grandes calabazas seccionadas por la mitad. Al “ukuli” se le quita la tela que a modo de faldellín lleva a la cintura y en la que está insertado el “boko”, especie de bastón de mando que simboliza su intención de convertirse en adulto y que le ha sido entregado el día anterior por su padre, o por un hermano de su padre si aquel hubiera muerto. Desnudo cubren al aspirante con una piel de oveja y le sientan sobre una piel de buey extendida en el suelo, enfrente se sitúa un “maz” que ejerce una función que podemos calificar como padrino y realizan un rito secreto que es preservado de miradas ajenas por los hombres que se colocan en círculo alrededor de ellos. Se reparte entre el “ukuli” y el “maz” que se le ha asignado un haz de 8 látigos y recibirá los brazaletes de metal “k’andi zau” que adornarán sus brazos y piernas, después el “maz” pintará con carbón al “ukuli”.



las mujeres hamer untan su pelo con una mezcla de grasa y colorante ocre



"ukuli" entre el ganado

A continuación proceden a la agrupación del ganado colocando las reses una al lado de la otra juntando sus costados para formar una filas, a cada animal un “maz” le sostiene la cabeza y otro le sujeta la cola. Tradicionalmente eran 8 reses pero hoy se realizan con 4 o 5, mientras las mujeres dan vueltas alrededor de ellos cantando y gritando. El “ukuli” tiene que saltar sobre las reses de pie apoyándose en los lomos de las vacas o bueyes sujetos por los “maz”, al finalizar se gira y vuelve sobre sus pasos. La acción se repite tantas veces como sean necesarias para que el “ukuli” demuestre su capacidad para mantener la estabilidad en el recorrido, unas cuatro carreras . Para los hamer trae “mala suerte” si durante el salto de las vacas el “ukuli” cae, no obstante está permitida una caída ya que se considera que es debida a los movimientos de los animales. El adolescente que no sea capaz de completar el salto será humillado públicamente, azotado por las mujeres de su familia y durante el resto de su vida puede ser objeto de burlas por parte de hombres y mujeres. Tampoco hay que olvidar que una caída durante el “ukuli bula” puede tener graves consecuencias físicas como lesiones en la médula espinal.

"maz" sujetando al ganado

 Tras superar el aspirante el salto de las vacas los asistentes a la ceremonia forman filas y van avanzando mientras entonan cánticos. El “ukuli” ha pasdo al estado de “cherkali”, durante cuatro días tendrá el cuerpo pintado de carbón, después pasará otros cuatro días untado de mantequilla pasado ese tiempo ya será un “maz” y se podrá casar.

 En los pueblos que habitan el Valle del Bajo Omo los matrimonios por lo general son pactados por la familia e implican la entrega de una dote a la familia de la novia, en el caso de hamer la dote es negociable lo que hace que no haya una edad determinada para el “ukuli bula”, depende de la riqueza de la familia del aspirante y del número de hermanos que tenga. Aunque es la familia la que pacta los matrimonios el “maz” puede rechazar a la novia elegida, en ese caso la familia buscará otra candidata.

 Los hombres pueden casarse con tantas mujeres hamer como desee y pueda pero solo con mujeres Hamer. Puede ser protector de más de una familia, dependiendo del número de esposas que tenga, además de poder aceptar responsabilizarse de la seguridad de la familia de una mujer divorciada, de una viuda, o de la esposa y los hijos de un marido ausente, normalmente un hermano. 

                                              Álbum de Fotos de los Hamer de Etiopía

 Bibliografía

Gonzálbez, Javier; Cebrián, Dulce “Etiopía. Un rostro con tres miradas”. Marfil, 2003.
Pastor Martínez, Juan José; Junquera, Carlos:  “Los Hamer de Etiopía: una sociedad ganadera entre la tradición, el militarismo y la globalización”. CERSA, 2010.
“Las tribus de Etiopía: los hamer : Hailó, tradición o ruptura” (guion del documental). Alma Ata International Pictures, 2002
Pankhurst, R. “Les contacts historiques entre l’Ethiopie et l’Europe” en “Aethiopia, peuples d’Ethiopie, catalogue de l’exposition mars-MRAC, septembre 1996”. RMCA Publications, 1996, página 104.
Salih, M.; Markakis, J. “Ethnicity and the state in Eastern Africa”.  Estocolmo, Nordiska Afrikainstituten, 1998.

Documentales

“Los hamer : Hailó, tradición o ruptura” . Documental de la serie Tribus de Etiopía de Albert Albacete y Marcel Brau.

“Los hamer : Hailó, tradición o ruptura” relata la historia de Hailó, joven que ha sido dada en matrimonio a los 14 años, a cambio de una dote, pero huyó de una dura tradición en la que no creía. Kala amigo de la infancia se prepara para celebrar el ukuli bula la fiesta de iniciación más importante de toda la tribu Hamer.

“Hamar” Documental de la serie de RTVE Los últimos indígenas dirigida por Francisco Giner Abati

 La expedición se adentra en esta ocasión en las tierras nubias del sur de Etiopía para convivir con un desconocido y atractivo pueblo: los Hamar. Allí el Dr. Abati es adoptado por Kuelle, el patriarca siguiendo la regla de hospitalidad Hamar. Visitamos sus cultivos que defienden con piedras de los voraces pájaros. Las mujeres, que decoran su cuerpo con pieles y brazaletes, exhiben las señales que dejó en su espalda la iniciación al matrimonio. Observamos el inicio de la agricultura y, después de visitar un exótico mercado intertribal, terminamos participando en las danzas que los jóvenes practican en el inicio de sus relaciones amorosas.
Pincha aquí para ver el mapa de Etiopía

Agencias que viajan por el Valle del Bajo Omo

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